
Cuando se vende la piel del oso antes de cazarlo se pude salir trasquilado. Desde ayer lo saben bien
Dani i
Uri. Tenían el título al alcande de la mano, les bastaba con una victoria ante una pareja todavía con el casillero de victorias por estrenar, pero creyéndose vencedores sin bajar del autocar, acabaron revolcados. Sucede que si ellos se jugaban el campeonato, sus contrincantes se jugaban el honor. Y el honor, como el pan de los hijos, no admite discusión, con él no se juega. Así que no hicieron falta maletines, a pesar de los rumores que apuntaban a la presencia de un conocido intermediario de L'Hospitalet, ataviado con periódico y gafas de sol, merodeando por las inmediaciones de la Pista Central.
Nadalfred, omnipresente, y
Berni Robredo, al fin solvente, borraron literalmente de la pista a los supuestos favoritos en dos sets antológicos. Desconocidos y noqueados,
Dani y
Uri sólo despertaron en el tercero para maquillar su maltrecho honor, aunque la fiesta ya había acabado. Para otros, en cambio, no hacía más que empezar. Pegados al transistor, como en las noches más épicas,
Edu y
Marc celebraban el triunfo. Especialmente el segundo, al que habrá que soportarle sus habituales bravuconadas en las próximas semanas.
¡Que siga la fiesta!
Bernat Segurola
24.10.2008
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