7 1 Marc-David
6 4 Alfred-Berni
Encerrona, espectáculo bochornoso o tongo. Escojan ustedes el término que quieran, todos sirven para explicar lo sucedido ayer en Collserola, donde la pareja Marc Chang-Marat Carpin perdió la poca vergüenza que les quedaba y se dieron por vencedores con el único mérito de haber ganado un solo set, y cuando en el segundo, que no pudo acabarse, les estaban haciendo un traje a medida. Fue un derbi de alto voltaje que acabó más caliente de lo que llegaba, que ya es decir. El Tigre de l’Hospi se presentó con piel de cordero, tras hacer el lloriqueo toda la mañana, denunciando supuestas provocaciones y conspiraciones judeaomasónicas por todos lados. Se adelantaron los bajitos con un 3-0 inicial, rápidamente igualado por Nadalfred y Berni Robredo, que entraron en el partido con una de sus habituales remontadas, poniéndose incluso 6-5 por delante. El desenlace llegó en un tie break agónico, donde la pelota cayó del lado de Marc y Carpin. Y después llegó el escándalo. Con un 4-1 en contra en el segundo set, los bajitos empezaron a pedir la hora de forma vergonzosa, propia de un equipo pequeño, y a las 9 en punto les faltó tiempo para irse corriendo al vestuario, atribuyéndose la victoria, por increíble que parezca. Intentaron Berni y Alfred finalizar la contienda en otra pista, iniciativa que fue respondida con argumentos del calado de “en la pista de la piscina seguro que no hay luz”. La tensión siguió en los vestuarios, donde los dos equipos se enzarzaron en una acalorada discusión. En la rueda de prensa, Nadalfred destacó que ni cuando como futbolista jugó en campos tan hostiles como la Via Trajana se había encontrado con algo semejante. Tendrá que decidir el comité de competición, que más allá de confirmar el virtual empate que vio todo el mundo tendría que impedir que los protagonistas de este intento de pucherazo se vuelvan a ir de rositas.
Bernat Segurola
27.03.2009
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