Edu -David 1 6 0 40
Àlex-Alfred 6 4 3 30
Dice nuestro rico refranero que bien está lo que bien acaba, pero que hay de lo que no acaba... entonces, ai las, depende de las croquetas y del baloncesto y ayer, ni lo uno ni lo otro dejaron buen sabor de boca a los contendientes.
el partido empezó con un retraso imperdonable que, a la postre, si se hacen cuentas, provocó que no se pudiera dar por terminado. Eduardberg calentó SOLO más de 10 minutos, bajo la mirada entre burlona y de lástima de los jugadores de otras pistas.
Al inicio del partido, como nos tienen acostumbrados, los dos altos salieron a por todas. liderados por un nadalfred en plena forma, jugaron los puntos rápidos y directos. Los dos locos bajitos no supieron responder y perdieron el primer set casi sin oponer resistencia. Cuando se dieron cuenta que les interesaban los intercambios de golpes, los puntos largos y elaborados, empezó otro partido. y efectivamente se produjeron puntos largos, algunos de ellos de los más largos que se recuerdan en la pista central. Hubo partido, emoción, remontadas espectaculares y algunos puntos polémicos. Segundo set merecido para Carpin y Eduardberg.
el tercer set, inacabado, se jugaba al ritmo que marcaba la pareja de las As, que jugó siempre en la misma línia, sin variar su intensidad, mientras los locos bajitos acusaban otra de sus habituales pájaras -demasiados altos y bajos para que esta pareja se pueda considerar una de las mejores del campionato-. Se masticaba la reacción a la heroica de los locos bajitos, cosa que sin duda alguna se hubiera terminando produciendo, cuando el árbrito decidió dar por terminada la contienda, privando de un gran espectáculo a la muchedumbre concentrada en la pista central.
¿las croquetas? regular, gracias
Eduard Besa
Las crónicas de los viernes. Un grupo de amigos que con la excusa de golpear una pelota terminan haciendo unas birras los jueves por la noche...
Toro salvaje
Marc Chang & Uri Becker 7 (7) 4
Berni Robredo & Danilovic Jordi 6 (1) 4
Como Jake la Motta ayudado por su hermano Joey en el clásico de Martin Scorsese, ayer Marc Chang, respaldado por Uri Becker, demostró a sus fieles seguidoras que sigue siendo un toro salvaje.
El partido fue malo, feo, técnicamente flojo, plagado de errores no forzados. Sólo el ajustado marcador provocó el mínimo de tensión necesaria en los jugadores y el público para que no se durmieran unos, y abandonaran la grada los otros.
Berni Robredo tuvo muchas dificultades con el primer servicio liftado y de precisión milimétrica de Marc Chang. A raíz de esto, ha iniciado la búsqueda de un entrenador/a personal.
Danilovic Jordi parecía un alma caritativa en pena. Arrastrándose por la pista como un gusano y cometiendo errores que ni un niño de parvulario, demostró que dista mucho de su mejor forma física. A ver si la primavera le sienta mejor que el duro invierno al bueno del largo.
Uri Becker estuvo muy agresivo, como en él viene siendo habitual, subiendo a la red en menos que canta un gallo, pero estrellando una y otra vez la pelota (ayer melones) a la red o contra la pared frontal.
Marc Chang, no podía ser menos y, como el resto, compañero de equipo y rivales, no cuajó su mejor partido. Sigue teniendo las piernas más rápidas del circuito, eso no lo discute ni Dios, pero ayer su revés se convirtió en un calvario.
Sólo en el tie break, se impuso la lógica y la mejor forma, así que el equipo que estaba practicando un pádel “menos malo”, se lo adjudicó de forma contundente y sin paliativos: 7 a 1.
El segundo set era una réplica del primero y, sólo la maldita campana, pudo salvar a Danilovic Jordi y Berni Robredo de una derrota “entera”. Ya saben ustedes que la Federación tiene curiosos y dispares criterios a la hora de puntuar los partidos, así que estamos ansiosos por conocer cuál será su veredicto y que conejo se saca de la chistera esta vez…
Butanito García
El escándalo de las croquetas
6 6 Edu/Berni
2 2 David/Uri
Podría explicarles que las croquetas fueron lo mejor de la noche, pero no solo sería un titular reiterativo y poco original sino que faltaría a la verdad. Porque, para ser exactos, croquetas hubo, sí, aunque a precio de caviar. Vencedores en la pista, Berni Robredo y Eduardberg fueron derrotados vilmente en la barra, atracados por un camarero implacable, que les dejó literalmente helados, colándoles un pushing shot en forma de factura: la friolera de 9 euros y pico por dos claras y cuatro croquetas. Así que se tuvieron que rascar el bolsillo, porque la fianza de sus rivales no alcanzaba para las dichosas croquetas, que se les acabaron atragantando. Díganles tontos a Marat Carpin y Uricevic, que tomaron las de Villadiego nada más acabar el partido, momento en el que ambos se acordaron que tenían una cena. Se fueron a la carrera, corriendo más que en todo el partido. Porque más allá de igualar los dos primeros juegos de cada set, no hubo noticias de ellos. Intentó Carpin una de sus ofensivas trileras, pero no había nada que hacer. Las estadísticas daban por descontada la victoria de unos y derrota de otros, y ayer no era el día para romperlas.
Bernat Segurola
2 2 David/Uri
Podría explicarles que las croquetas fueron lo mejor de la noche, pero no solo sería un titular reiterativo y poco original sino que faltaría a la verdad. Porque, para ser exactos, croquetas hubo, sí, aunque a precio de caviar. Vencedores en la pista, Berni Robredo y Eduardberg fueron derrotados vilmente en la barra, atracados por un camarero implacable, que les dejó literalmente helados, colándoles un pushing shot en forma de factura: la friolera de 9 euros y pico por dos claras y cuatro croquetas. Así que se tuvieron que rascar el bolsillo, porque la fianza de sus rivales no alcanzaba para las dichosas croquetas, que se les acabaron atragantando. Díganles tontos a Marat Carpin y Uricevic, que tomaron las de Villadiego nada más acabar el partido, momento en el que ambos se acordaron que tenían una cena. Se fueron a la carrera, corriendo más que en todo el partido. Porque más allá de igualar los dos primeros juegos de cada set, no hubo noticias de ellos. Intentó Carpin una de sus ofensivas trileras, pero no había nada que hacer. Las estadísticas daban por descontada la victoria de unos y derrota de otros, y ayer no era el día para romperlas.
Bernat Segurola
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