Cenicientas bajo cero

6 6 Marc/Bernat
1 3 David/Alex

No son lo que eran Marat Carpin y Mac Sainz. Ya no se pelean, ni cuentan de tres en tres, ni ven fuera todas las pelotas del contrario (solo algunas) y dentro todas las suyas. MacSainz incluso tardó muchos minutos a estampar su raqueta contra el suelo. Aunque eso sí, en algo no han cambiado, siguen mordiendo el polvo. Publicitó la contienda la Federación como un pulso entre cenicientas que no conocían la victoria, así que Marc Chang y Berni Robredo respondieron al toque de corneta con una actuación estupenda, sobre todo en el primer set, que resolvieron por la vía rápida, aupados ambos sobre sus zapatillas nuevas. La hinchada, siempre insaciable, exigía las tres orejas y el rabo en la segunda manga, provocando una tímida reacción de los desairados Carpin y MacSainz, que igualaron 3-3, insinuando que había partido. Pero ya no hubo más noticias de ellos, más allá del mal perder del largo, que tuvo la desfachatez de afirmar que “no he querido forzar porque no estaba bien físicamente”. No tuvo más historia el partido, y el bolsillo de Berni Robredo al fin volvió intacto a casa. También pueden estar contentos los protagonistas si regresaron sanos y salvo, sin ningún resfriado a cuestas, porque hacía un frío que pelaba. Circunstancia, por cierto, que aprovechó Marc Chang para exhibir su modelito de invierno, más propio de la pasarela Gaudí que de la Pista Central del Vallparc.


Bernat Segurola

No se puede vender la piel del oso antes de cazarlo

3 6 7(2) Marc/David
6 1 5(1) Alfred/Uri

Si, lo sabemos, el titular es de Bernat Segurola, pero este partido no podía tener otro titular que no fuera este.

Bocazas Nadalfred se presentó al recinto de Vall-Park con su tónica habitual: brabucón, bocazas y, como no podía ser de otra manera, riéndose a carcajada suelta del atuendo que Marc Chang llevaba para combatir las inclemencias del tiempo.

Uri Becker, con mejores modales, apuntaba también que la victoria de los largos sobre los locos bajitos era pan comido.

Pues lo comido por lo servido: pim, pam, fuera. Aún las buscan, ni las vieron venir. Qué recital de juego, que control absoluto de partido. Poesía en forma de pádel.

Empezó el primer set como viene siendo habitual en las parejas con Nadalfred: cuando el equipo rival todavía está calentando, ya le han endosado dos breaks i la mitad del set a su favor. Tímida remontada, aunque insuficiente. 6 – 3.

Pero en el segundo set, un Marc Chang al que ni los malos momentos por los que está pasando parecen afectar a su juego, y un Marat Carpín muy sólido, casi les endosan un rosco a sus rivales. 6 – 1. (1 – 1). Todo por decidir en el tercer set.

El control del set fue total por parte de los enanos. Los largos lo probaron todo, atacar, defender, subir, bajar, cruzarse… pero daba lo mismo, sea lo que fuere, no conseguían intimidar a sus rivales. Uri Becker intentó poner nervios a Marc Chang con algún “ahora ya no te veo reír tanto…”. ¡Qué iluso! El nivel de concentración era de tal magnitud, que lo que para unos era juego de palabras, para los otros era ganar puntos, suma i sigue. 7 – 5. (2 – 1).

Merecida victoria.

Mucho trabajo le queda a Nadalfred con el pulsómetro y el GPS si quiere ponerse al nivel de las piernas más rápidas del circuito.

Por su lado, Uri Becker debería abandonar el consumo de tabaco de los Arapahoes si quiere volver a desarrollar su mejor juego ofensivo en la red.

Butanito García