Triangular Edu-Uri-Àlex-Bernat
A las puertas de Navidad, y con media Barcelona desmelenándose en las dichosas cenas de empresa, la noche no invitaba a subirse a Collserola. Así que la mayoría optó por ir a lanzar la caña a aquella compañera de trabajo que uno se ha estado trabajando todo el año en la máquina de café, y sólo unos pocos nostálgicos de la raqueta se acercaron al Vallparc. Y allí, en la Pista Central, estaban los cuatro jinetes del Apcalipsis, dispuestos a pasar frío y lo que hiciera falta. Como ya viene siendo habitual, para desespero de la organización, las bajas de última hora obligaron a una nueva pirueta en el aire para reunir cuatro jugadores, hasta el punto de derivar la contienda en un partido no oficial. Así que los presentes, teniendo en cuenta tan señaladas fechas, y tratándose del último partido del año, acordaron jugar un triangular benéfico no clasificable, formato más propio de torneo veraniego de la Costa del Sol pero que dejó a todos contentos. Empezó el primer set tan desangelado en la pista como en la grada, falto de punch y de ritmo, cayendo en el zurrón de Eduardbeg y Mac Sainz ante unos voluntariosos Berni Robredo y Uri Wilander. Se volvió a apuntar el segundo set Eduardberg, esta vez de la mano de Berni. La intensidad fue subiendo enteros, hasta deleitar al respetable con un tercer set de muchos kilates, especialmente en los primeros juegos, en que ambos equipos dieron rienda suelta al espectáculo y salvaron pelotas inverosímiles. Vencieron Edu y Uri, pero eso fue lo de menos. Desde estas líneas deseamos a todos nuestros lectores y a toda la família del paddle unas felices fiestas y próspero 2009. Hasta el año que viene!
Bernat Segurola
19.12.2008
Las crónicas de los viernes. Un grupo de amigos que con la excusa de golpear una pelota terminan haciendo unas birras los jueves por la noche...
Esos locos bajitos...
6 5 David-Edu
4 7 Alfred-Uri
Los prolegómenos no podían ser más alentadores para la penúltima jornada del año. Dos de las parejas que mejor juego habían desplegado hasta la fecha, una cancha en inmejorables condiciones y un ambiente digno de una gran final. No en vano se disputaban puntos trascendentales para la proclamación de los campeones de invierno de esta primera liga transcontinental de paddle del Vallparc. Eso sí, el intenso frío obligó de nuevo a soportar algunos modelitos más dignos de trasnochados locales de la periferia que no de la catedral del paddle (esta vez sorprendió Nadalfred con unas mallas al más puro estilo del denostado garcía). La pareja Carpin-Eduardberg empezó fuerte y se adjudicó un extraño primer set (6-4) en apenas 20 minutos. Aún así la formidable pareja de bajitos parecía descentrada y se perdía en absurdas discusiones sobre los avatares del marcador, a lo que contribuía astutamente Nadalfred, siempre atento a las estratagemas y los puntos débiles de los rivales. En el segundo set las cosas parecían retornar por sus cauces normales, con un juego más vistoso y disputado, aunque siempre controlado por Carpin-Eduarberg. El punto de inflexión estuvo cuando Uri se desmelenó y sacó de la chistera sus mejores golpes para sumarlos al siempre competitivo juego de Nadalfred, justo cuando sentían el aliento de una dolorosa derrota soplándoles en el cogote (5-3). No supieron o no quisieron reaccionar los dos formidables bajitos, y aún sin saber como ni porque enfilaron el camino de las duchas con un solo punto de un partido que nunca debieron dejar escapar.
Eduard Besa
11.12.2008
4 7 Alfred-Uri
Los prolegómenos no podían ser más alentadores para la penúltima jornada del año. Dos de las parejas que mejor juego habían desplegado hasta la fecha, una cancha en inmejorables condiciones y un ambiente digno de una gran final. No en vano se disputaban puntos trascendentales para la proclamación de los campeones de invierno de esta primera liga transcontinental de paddle del Vallparc. Eso sí, el intenso frío obligó de nuevo a soportar algunos modelitos más dignos de trasnochados locales de la periferia que no de la catedral del paddle (esta vez sorprendió Nadalfred con unas mallas al más puro estilo del denostado garcía). La pareja Carpin-Eduardberg empezó fuerte y se adjudicó un extraño primer set (6-4) en apenas 20 minutos. Aún así la formidable pareja de bajitos parecía descentrada y se perdía en absurdas discusiones sobre los avatares del marcador, a lo que contribuía astutamente Nadalfred, siempre atento a las estratagemas y los puntos débiles de los rivales. En el segundo set las cosas parecían retornar por sus cauces normales, con un juego más vistoso y disputado, aunque siempre controlado por Carpin-Eduarberg. El punto de inflexión estuvo cuando Uri se desmelenó y sacó de la chistera sus mejores golpes para sumarlos al siempre competitivo juego de Nadalfred, justo cuando sentían el aliento de una dolorosa derrota soplándoles en el cogote (5-3). No supieron o no quisieron reaccionar los dos formidables bajitos, y aún sin saber como ni porque enfilaron el camino de las duchas con un solo punto de un partido que nunca debieron dejar escapar.
Eduard Besa
11.12.2008
Los largos se reivindican
6 7 Dani-Àlex
1 5 Bernat-Marc
El vestuario del Vallparc empieza a parecerse demasiado al del Camp Nou de los últimos años. Entre los que se quedan en el gimnasio, los que están más pendientes de sus actos publicitarios o sus cursos, y los que prefieren el sofá de su casa a pasar frío, reina tal desbarajuste que empieza a rayar el esperpento. Que se lo pregunten sino a Berni Robredo. Llegó el flamante padrazo a las instalaciones convencido que jugaba contra Carpin y Eduardberg, pero se encontró con Danilovic y Mac Sainz. Así que de nada sirvieron los videos de los rivales que se había estudiado los días previos. Él y su compañero Marc Chang salieron tan descentrados que, a pesar de ganar el juego inicial, sufrieron un serio revolcón a manos de los dos largos, que convirtieron el primer set en un monólogo. Tuvo suficiente esa pareja de altura con sus frecuentes subidas a la red, que no encontraron resistencia. Pero lejos de bajar los brazos, Berni y Marc entraron en el partido en el segundo set con una reacción encomiable, empatando a cinco juegos y estando a punto de forzar un tie break en un final tan ajustado como emocionante, para júbilo del respetable. Un esfuerzo estéril que no encontró recompensa. Danilovic i Mac Sainz se redimieron así de la dolorosa derrota de la última semana, especialmente el primero, que concedió una tregua a su maltrecho bolsillo, harto de pagar cervezas. En el otro lado, Marc acabó el partido lesionado y Berni no pudo dedicar la victoria a su hija Bruna, que tendrá que esperar.
Bernat Segurola
04.12.2008
1 5 Bernat-Marc
El vestuario del Vallparc empieza a parecerse demasiado al del Camp Nou de los últimos años. Entre los que se quedan en el gimnasio, los que están más pendientes de sus actos publicitarios o sus cursos, y los que prefieren el sofá de su casa a pasar frío, reina tal desbarajuste que empieza a rayar el esperpento. Que se lo pregunten sino a Berni Robredo. Llegó el flamante padrazo a las instalaciones convencido que jugaba contra Carpin y Eduardberg, pero se encontró con Danilovic y Mac Sainz. Así que de nada sirvieron los videos de los rivales que se había estudiado los días previos. Él y su compañero Marc Chang salieron tan descentrados que, a pesar de ganar el juego inicial, sufrieron un serio revolcón a manos de los dos largos, que convirtieron el primer set en un monólogo. Tuvo suficiente esa pareja de altura con sus frecuentes subidas a la red, que no encontraron resistencia. Pero lejos de bajar los brazos, Berni y Marc entraron en el partido en el segundo set con una reacción encomiable, empatando a cinco juegos y estando a punto de forzar un tie break en un final tan ajustado como emocionante, para júbilo del respetable. Un esfuerzo estéril que no encontró recompensa. Danilovic i Mac Sainz se redimieron así de la dolorosa derrota de la última semana, especialmente el primero, que concedió una tregua a su maltrecho bolsillo, harto de pagar cervezas. En el otro lado, Marc acabó el partido lesionado y Berni no pudo dedicar la victoria a su hija Bruna, que tendrá que esperar.
Bernat Segurola
04.12.2008
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